Recuerdos maipuseros
Tienda Casa Weinstock.
Por Horacio Lostra.
La historia de los comercios del rubro Tiendas y Actividades
Afines se remonta a los orígenes mismos de la población, dado que la
indumentaria ha sido siempre algo indispensable, con las variantes que la época
y sus modas fueron modificándose a través del tiempo.
Así, el Partido que se llamó Monsalvo desde su creación, y
que a fines del Siglo XIX recibió el nombre de Maipú por ley del 26 de septiembre de
1878, ya se fueron estableciendo, tanto en la planta urbana como en la zona
rural, comercios que daban satisfacción a las necesidades de la incipiente
población.
El rubro de TIENDAS que nos ocupa en esta nota, tiene sus
primeros antecedentes registrados, en 1880, cuando ya aparece la Fábrica de
Calzado de Corti y Arnossi. Tres años más tarde, en 1883, figura el nombre de
Pedro Pilot con la actividad de Corsetero.
En 1892 ya aparecen Disolina Maggi,
Catalina Bilehere y María Selva como Modistas y confeccionistas de sombreros de
damas. Ya en 1893 se registra, tal vez, el primer antecedente de una Tienda en
Maipú con la Ropería para Hombres de Manuel Álvarez. Ya entrando en el Siglo
XX, en 1900 se registran los primeros tres Sastres: Fernando del Mónaco, Cosme
Longo y Domingo Napolitano. Recién en 1921, aparecen dos comercios registrados
como Tiendas: la Casa Galli, en Madero esquina Sarmiento (hoy Banco Provincia)
y la de Fermín Belhart, en Madero y Rivadavia (luego Farmacia Parisi y hoy
Farmacia Landi)
A medida que pasaron los años, algunas fueron desapareciendo
y se incorporaron otras y en la década de 1930 se suman la tienda de Javar y
Bekerman y también La Cruz Roja de Sulam, en Belgrano y Alsina (Casa Gómez será
su continuadora); Blanco y Negro de la familia Sanz de Diego, sobre Alsina, que
aún continúa con César Etchelet como titular. Y todavía se mantenían Casa Galli
y la Tienda de Fermín Belhart.
En esa década surge la Tienda de León Weinstock, que abrió
sus puertas en la esquina de Alsina y Madero (hoy Plazoleta), en diagonal con
la Tienda de Don Marcelino Tapia. El local de la esquina que falta mencionar
correspondía al Almacén de don Justo Murias, donde hoy está el Centro Cívico
Municipal.
Además de la dueña, en la década del ’40, tenemos registros
de dos empleadas que se desempeñaron en ese establecimiento, una era la Srta.
Coca Garmendia, más tarde esposa del Negro Etchelet y madre de Norma, Liliana y
Raúl, y la otra empleada, Mirta R. “La Negra” Castro, luego esposa de Alberto
C. Balbuena y madre de Liliana y Gloria.
Las actividades que allí se desarrollaban eran las típicas
de las tiendas de entonces con secciones de ropería, telas, lencería,
zapatería, perfumería, etc. Cabe destacar que estos negocios abarcaban tantas
secciones, dado que, por entonces no había locales específicos de cada una de
ellas, como ocurre en la actualidad.
Mientras atendía al público en el local señalado, la familia
Weinstock hizo levantar un edificio de dos pisos en la esquina de Belgrano y
Sarmiento, frente a la confitería Maipú. En la planta baja se hizo un amplio
local para comercio con grandes vidrieras y entrada principal por la ochava,
con otra secundaria sobre Sarmiento. A continuación de esta última puerta está
la escalera que lleva al primer piso donde hay varios departamentos, que, por
aquellos años fueron habitados, uno por la familia Weinstock, donde, años más
tarde, Irma, la hija mujer de doña Ana Singer de Weinstock, recibida de
Odontóloga instaló su consultorio ahí. Saúl, el hijo varón ya se había
incorporado al plantel de la tienda.
El edificio, además tenía un pequeño local
sobre Sarmiento, junto a la escalera mencionada antes, donde años más tarde
tuvo su primera oficina contable e impositiva Roberto Mendiola y ya en los años
’70 fue el Estudio del Contador Eduardo Pozzo.
A mediados de la década del ’50 los dueños del local de
Alsina y Madero le solicitaron a Doña Ana que se lo entregara, pues ahí tenían
previsto un emprendimiento inmobiliario. El Fallecimiento de Mario Galante, uno
de los dueños, dejó trunco ese proyecto, pero la Sra. de Weinstock ya se había
trasladado con su tienda al local propio de Sarmiento y Belgrano que, tan
detalladamente hemos descripto.
Cabe destacar que luego de fallecida la Sra. de Weinstock,
su hijo Saúl prosiguió con el negocio de Tienda por algún tiempo, pero fue
achicándolo hasta cerrar sus puertas.
Como es costumbre de estas notas siempre tratamos de
intercalar algunas anécdotas y ahora viene a la memoria de quien escribe
algunas relacionadas con Saúl, con el cual tenía muy buena relación. Este
vecino, de origen judío, tenía alguna fama de ser ahorrativo al máximo. Ya retirado
de la tienda, era común encontrarlo en el taller de Pelizza y Varela, pues
también era amigo de Neldo. Y además era común que, cuando alguien pasaba por
el taller con pinta de irse de viaje, la pregunta de Saúl era: “Vas a Buenos
Aires?”. Si la respuesta era afirmativa le pedía que lo llevara. Pero si era
negativa y después del No seguía: “Voy a Mar del Plata” a Saúl también le venía
bien y pedía ser llevado.
Otra fue más seria, pero, cuando terminó el relato, el que
escribe y Neldo casi se descomponen de risa. Parece que le habían detectado
alguna fallita en el funcionamiento de su corazón y le indicaron un marcapasos,
que el mismo especialista se lo proveía y se lo colocaba. Pero Saúl salió por
el Once a buscar precios para comparar con lo que el médico le había cotizado.
Y descubre que había iguales a un valor bastante menor. El mismo nos contaba
que estuvo a punto de comprarlo, pero se detuvo un momento a pensar que su vida
estaría en manos del médico, que tendría el corazón en sus manos, al cual no le
compraría el aparato o le regatearía el precio; entonces le vino un ataque de
“razonamiento lógico”, le pagó al médico lo que le pedía y se operó con él.
En ese local, en distintas épocas funcionaron diversos
comercios, entre los que podemos citar, la Concesionaria Mercedes Benz de José
M. “Macho” Franchini (creemos que fue la que inauguró el local); la
Concesionaria Subaru del conocido piloto Eduardo Rodriguez Canedo (ya en la
década de 1960) y hasta la Unidad Básica del Partido Justicialista, a fines de la década 1980 e inicios de los años 1990.
En los departamentos de la planta alta vivieron varias
parejas recién casadas como Amadeo Marino y Teresita Bonavita y también Néstor
Díaz Súnico y Ana María Blaiotta, el Negro Etchelet y Coca Garmendia, entre
otros, en distintas etapas.
En fin, así se van desgajando algunas historias del tiempo
pasado de Maipú.
(Para quienes deseen leer más de estas historias, aquí el enlace: https://www.facebook.com/recuerdosmaipuserosporhoraciolostra/)
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