EN LOS OJOS DE MIS HIJOS
Por Rosana Ortiguera.
(A Nayla y Elías).
Si me invade la impotencia
porque hay tanta humillación,
si se ha perdido el respeto
porque no existe el amor.
Si me faltan esperanzas
y no encuentro solución:
"En los ojos de mis hijos,
puedo encontrarte, Señor".
Si la espera se hace larga
porque hay soberbia y dolor,
si en mis brazos ya no hay fuerzas
y no alcanza la oración.
Si me hieren por la espalda
porque hay maldad, corrupción:
"En los ojos de mis hijos,
Tú te reflejas, Señor".
Si la cruz se hace pesada
porque hay mentira y traición,
porque hay miseria y venganza,
porque dañar es mejor.
Si hay angustia y hay cansancio,
prepotencia y mal humor:
"En los ojos de mis hijos,
Tú permaneces, Señor".
Si hay tantas guerras y muertes,
desconsuelo y hay temor,
si hay crueldad, hay cobardía,
sufrimiento, indignación.
Si hay egoísmo, injusticia,
hay desprecio y destrucción:
"En los ojos de mis hijos,
brillan los tuyos, Señor".
Rosana Ortiguera.

